Nunca te olvidare

Don Antonio Uribe vive con su familia en la ciudad de Guanajuato. Un día, recibe un mensaje de Isabel Clara Martel, su amor de juventud, llamándolo a su lecho de muerte. Isabel Clara le ruega como última voluntad que cuide a su hija, Esperanza, y él le promete ser un segundo padre para la niña. Consuelo, la esposa de Antonio, siente resentimiento por la presencia de Esperanza y la trata muy mal, mientras que su hijo, Luis Gustavo, se siente inmediatamente atraído por Esperanza. Consuelo se enfurece ante los sentimientos de su hijo y decide separar a los niños enviando a Luis Gustavo a estudiar al extranjero y poniendo a Esperanza en un colegio de monjas.

Por otro lado, Fermín Requena, vecino y amigo de Antonio, es viudo y tiene una hija, Silvia, la cual es consentida y egocéntrica. Silvia está celosa del afecto que Luis Gustavo siente por Esperanza y presiona a su padre para que también la mande a ella a estudiar al extranjero y así poder estar cerca de Luis Gustavo. Sin embargo, Luis Gustavo es incapaz de olvidar a Esperanza y ve a Silvia solo como una amiga.

Diez años después, Esperanza, convertida en una hermosa joven, regresa para cuidar a don Antonio, quien se encuentra mortalmente enfermo. También conoce a los hermanos Moraima, quienes ahora son dueños de toda la tierra de don Antonio, ganada por una disputa legal que perdió Fermín. Uno de los hermanos, Juan Moraima, se enamora de Esperanza.

Antes de morir, don Antonio le entrega a Fermín una carta para su hijo en la que le da la bendición si decide casarse con Esperanza. Luis Gustavo regresa a la casa para el funeral y cuando ve a Esperanza se enamora perdidamente de ella. No obstante, la belleza de Esperanza también despierta el amor en el corazón de Fermín; decidido a poseerla, esconde la carta y trama un siniestro plan con la ayuda de Consuelo para separar definitivamente a la pareja.