El privilegio de amar

El joven seminarista Juan de la Cruz llega de visita a casa de su madre Ana Joaquina, una fanática religiosa quien siempre impuso su voluntad sobre su hijo e inculcó la vocación de servir a Dios. En casa de dicha mujer trabaja la joven Luciana, una muchacha soñadora e inocente que se enamora de Juan de la Cruz. Una noche, llevados por su pasión de juventud, se entregan con ternura e inocencia.

Al saberlo, Ana Joaquina corre a Luciana, quien para entonces ya esperaba un hijo de Juan de la Cruz. Cuando da a luz, debido a la situación de extrema pobreza en la que se encontraba, deja a su hija en las puertas de una casa con la esperanza que sea criada allí, pero su hija es llevada a un orfanato. Para sobrevivir, Luciana se involucra con muchos hombres, entre ellos Pedro Trujillo, quien la golpea y abusa de ella.

Años después, Cristina, la hija de Luciana, crece feliz en el orfanato, aunque siempre con la curiosidad de saber quién es su madre. Por otro lado, Luciana ahora es dueña de una popular casa de modas y esposa del conocido actor Andrés Duval con quien tiene dos hijos: Lizbeth, que es hija de ambos, y Víctor Manuel, hijo del primer matrimonio de Andrés. Lizbeth es caprichosa y mimada, pues está acostumbrada a tener siempre lo que quiere. Por otra parte, Víctor Manuel, quien es hijo de Andrés y su primera esposa, es como un hijo para Luciana.

A pesar de tratarse de una familia admirable por el amor que hay entre todos, Luciana mantiene el remordimiento por lo de su hija, lo que le hace emprender su búsqueda, por más que nunca le haya contado sobre el tema a su esposo por miedo a su reacción. Por otra parte, ya de adultas y teniendo que dejar el convento, Cristina junto a sus mejores amigas Lorenza y Maclovia rentan un departamento muy sencillo; Lorenza es una muchacha bella, provocativa y muy segura, mientras Maclovia es reservada, tímida e inteligente.